El Repornaco desde el Congreso de Hidalgo

Repornaco

Lo saludo mis estimadísimos carnales a este espacio dedicado a decir algunas de las cosas que se escuchan por ahí, por allá, por el otro lado, por donde vengan. El chiste es estar enterados de lo que pasa en nuestro entorno muy a la manera de los que nos gustan esas cosas que aparentemente no tienen explicación (la neta ni yo me entendí). Sin más dense un taco de ojo a las siguientes líneas.

Esta no es una crítica al sistema que usan en las dependencias, porque como decía mi abuelita «quiénes somos nosotros para juzgar?» Así que no juzgo, nomás comento lo que se ve.

Pues chéquense carnales lo que se vivió el lunes pasado en el H. Congreso del Estado de Hidalgo, donde después de mucho tiempo, se les permitió a los medios de comunicación acceder al recinto legislativo, también llamada «la máxima tribuna del Estado».

El acceso había sido negado por la anterior legislatura, y no, no era por veto a los medios, sino por el maldito bicho ese llamado Sars-CoV-2, el mismísimo que da la enfermedad Covid-19, la misma que trae de cabeza a todo el mundo

Pues como les iba diciendo, se había restringido la entrada a personas ajenas al Congreso para tratar de evitar un contagiadero, ya que algunos diputados y personal administrativo, habían dado positivo a esa murciegalesca enfermedad (eso se especuló en un principio, pero ese es otro tema mis chavos)

Pues bien, para esta nueva legislatura, que recién comienza, el negar el acceso a los medios había sido una canallada, por lo que sin pensarlo más, decidieron que ya era tiempo de darle acceso a los representantes de los medios locales de información, llámense reporteros, fotógrafos o escribanos y escultores con luz (ámonos con la frase dominguera!)

Desde un principio se dispuso que, quienes ingresaran al lugar para realizar su chamba, debían acatar ciertas reglas. Ya se la saben, las reglas que todos conocemos, pero que no todos aplican, como el correcto uso del cubrebocas, la desinfección a la entrada, el uso de gel antibacterial y lo más importante, la llamada sana distancia.

Pues todo bien, todo tranquilo, hasta que llegó el final de la sesión del lunes. Cuando retumbaron la campana para anunciar que todos podían ir en paz porque la sesión había concluido, pues que se arma el borlote. Varias personalidades presentes en el sitio, les valió mauser la sana distancia y que se arremolinan frente al diputado Francisco Xavier Berganza, y no, no era para pedirle un autógrafo o que los complaciera con alguna melodía, para nada.

Supongo que se acercaron a realizar el denominado chacaleo para llevar las impresiones del Presidente de la Junta de Gobierno a sus respectivos portales. Ahí fue donde todo se descontroló y se olvidaron de la sana distancia.

Los encargados del área de comunicación social no tuvieron la más mínima chance de organizar una pequeña rueda de prensa para evitar que se aglomerara la gente. Al final cada vato es responsable de sus actos, pero de plano se les olvidó que continuamos en pandemia.

Es de esperarse que esto sirva de lección para futuras sesiones en el Congreso. Debería ser responsabilidad de la propia Junta de Gobierno el evitar que se atasque de gente el lugar, pero ya veremos si en futuros días se aplican las medidas sanitarias correspondientes para evitar estos encharcamientos humanos.

Así que ojalá y se pongan las pilas en el Congreso para que no ocurra un contagiadero y se tenga que recurrir nuevamente al cierre de las actividades legislativas.

Y a los carnales que asisten a estos lugares, déjense de necedades y eviten el acercamiento cuerpo a cuerpo. Y no se bajen el cubrebocas, eso va también para los asesores o ayudantes (como le quieran llamar), que asisten a quienes ocupan una curul, porque ahhh, también tienen lo suyo, parece que de repente se les olvida que la pandemia continúa.

Seguramente llegarán varios recordatorios familiares (me los pueden hacer llegar en Twitter a @repornaco), pero como decía mi abuelita «igual, igual»

Nos leemos la próxima carnales!

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